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El enorme ojo óptico que circunda la Tierra celebra 25 años en órbita, logrando múltiples hitos en la exploración del espacio y en nuevos conocimientos sobre el origen del universo.
Si en algún momento, se ha tomado una selfie, tiene que agradecérselo al telescopio Hubble. El telescopio espacial Hubble cumple 25 años, el proyecto que, según el científico a cargo, Kenneth Carpenter, ha excedido las expectativas de sus creadores, no solo por sus descubrimientos en el espacio, sino en la Tierra.
«Logramos avances en la tecnología para la televisión y celulares, motivados por la necesidad de crear aparatos electrónicos asequibles, robustos y muy pequeños, para naves espaciales como el Hubble», dijo Carpenter.
El nombre del telescopio lo recibe en honor a Edwin Hubble, un astrónomo estadounidense que murió en 1953 y que estableció el campo de la astronomía extragaláctica.
El 24 de abril de 1990, el telescopio fue lanzado al espacio a bordo del transbordador Discovery, con la promesa de explorar los confines del firmamento.
A diferencia de los telescopios en la Tierra, Hubble goza de una visión clara e ininterrumpida desde su posición, lejos del planeta.
Entre sus muchos éxitos, está el Hubble Campo Profundo, una composición de imágenes que muestran una tajada de la constelación Osa Menor, repleta de jóvenes galaxias.
«Ha sido un éxito rotundo, quizás hasta el más exitoso para la NASA en los últimos años, por lo menos después del programa espacial tripulado», añadió Carpenter.
Hubble también proveyó evidencia de una fuerza antigravitacional llamada «energía oscura», que algunos científicos proponen como hipótesis como un principal factor en cómo y por qué el universo se expande a una velocidad cada vez mayor.
«Creo que no es una exageración decir que hemos reescrito los textos de ciencia, que nuestra visión del universo realmente ha cambiado, como resultado de lo que el telescopio espacial Hubble nos ha mostrado», concluyó Carpenter.